Español
Algunos tratadistas explican el orígen de este noble e ilustre linaje, diciendo que entre los guerreros que llevaba en su ejército Carlos Martelo (padre de Pepino y abuelo de Carlomagno), cuando entró en Cataluña, figuraba uno del apellido Amat, que se estableció en Barcelona, fundando allí su casa solar y que algunos de sus descendientes pasaron a las villas y lugares de Palou, Castellvell y Labastida, de la provincia de Barcelona, creando nuevas casas, de las que salieron las distintas ramas de este linaje en España. Otros autores afirman que el linaje Amat, es una ramificación de los condes de Ampurias, de la siguiente manera: Bertrando, hijo segundo de Gausbarto, conde de Ampurias en 924 y nieto del conde Sunier, de la estirpe de los duques de Baviera, casó con Amata de Llers y de este matrimonio nació Bonucio Amat, progenitor del linaje y señor de muchos castillos en el Vallés y Panadés. Casó con Seneunda o Sisenanda, de la casa de Vives, de la que procedieron los obispos de Barcelona del apellido Vives, y de ese matrimonio nacieron 1. Guillermo Amat gran privado de doña Ermesendis, esposa del conde Borrell, 2. Juan Amat, dignidad de Cabiscol de la catedral de Gerona y 3. Amato Amat, que casó con doña Adalis, hija de Dalmau de Claramunt. Añaden los autores que recogen esta versión, que descendientes de esos caballeros fueron los que dieron motivo a las primitivas tres ramas de Labastida, denominados así por haber creado sus respectivas casas en los mencionados pueblos. De ellas salieron varones muy famosos, que se distinguieron en el servicio de sus Reyes y de su Patría. Otras ramas de los Amat, se establecieron en Cerdeña y Castilla. El estudio heráldico del escudo del linaje de los