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Este ilustre apellido se inicia en Canarias por el Capitán Juan Bautista de A., Regidor perpetuo de la Gran Canaria, hijo de Juan Bautista de A., Conde de A. en Saboya, que casado con Doña Teodora Manrique de Lara y Cibo de Sopranis, nacida en Enero de 1565, tuvieron a Don Alejandro Bautista de A. Manrique de Lara, bautizado en la Catedral de Las Palmas el 5 de octubre de 1590. Don Alejandro casó con Doña Jacinta Calderín y Tello, el 8 de abril de 1615, en la Catedral de Las Palmas, de cuyo matrimonio nacieron, entre otros, Don Francisco de A.-Manrique y Calderín, que sigue la línea. Ingresó en la Real Orden Militar de Calatrava, Don Alejandro de A.-Manrique y Westerling, nacido en 1656. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia A., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento estrellas es la figura más extendida en la heráldica, su significado es impreciso, en cuanto se refiere a la Península, pero parece ser que demostrar su fidelidad a la Iglesia de Roma, por analogía al significado en Lombardía y Toscana que era la pertenencia al partido Güelfo (del Papa de Roma). Los esmaltes del arma de los A. pregonan los siguientes valores: el Sinople señala las características de la familia a las que fué concedido el escudo de armas que describimos y son tales como el vigor, el afán de victoria y el alto aprecio al honor y a la amistad, además otras características les enriquecieron como la alegría, esperanza, abundancia y caridad, tal es el significado de este esmalte que significa tierra.