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Tuvo casa solar en Régil (Guipúzoca). Francisco, Domingo, María Ignacia y María Andrés de A., probaron su hidalguía ante la Justicia ordinaria de Vidania, en 1688. Diego de A. lo hizo en Ataun, en 1659, e Hilarión de A. en Ezquioga, en 1817 y 1819. Por referencias de historiadores de la época y otras averiguadas por Araldis en los archivos registrales de ciudades y otros privados, podríamos afirmar, pero no asegurar, que este escudo u otro muy similar a él, apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en la campaña de Don Lope Diaz de Haro contra Sancho el Fuerte de Navarra, formando parte de las tropas que se apoderaron de varios castillos y poblaciones. Las referencias de esta familia parecen precisarse con más frecuencia desde el siglo XV al XIX en especial los hechos de la negociación con los franceses en el Tratado de la "Devolución" de los Países Bajos a Francia en 1662, reinando Felipe IV. Todo ello parece coincidir con la memoria familiar de algunos de los miembros de la rama de la familia Arcelus. Son sus armas: En campo de sinople, un montero que lleva atado con cadena un lebrel. En el jefe una estrella de oro, en medio de dos panelas del mismo metal. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia A., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento monte señala el origen topográfico de la familia, generalmente indica el origen de la propiedad. Los esmaltes del arma de los A. pregonan los siguientes valores: el Sinople señala las características de la familia a las que fué concedido el escudo de armas que describimos y son tales como el vigor, el afán