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En los estudios realizados por Araldis sobre el linaje del noble y antiguo apellido Bravo, es probable, por añadidura, que las diversas familias que extendieron el apellido Bravo por todas las regiones de España, esparciéndolo también por América, no sean ramas de un mismo tronco. En los pasados siglos hubo muchos varones eminentes que por su esfuerzo y bravura merecieron el sobrenombre de bravos, y parece lo más cierto que ese sobrenombre se transformó en apellido, conservándose en los descendientes de aquellos distintos varones. Una de las casas de Bravo de que se tiene más rancia noticia, es la que radicó en el lugar de Santelices, de la merindad de Valdeporres, partido judicial de Villarcayo y provincia de Burgos. Otras casas muy antiguas, cuyas armas acusan comunidad de orígen con la anterior burgalesa de Santelices, son las que desde tiempos muy pretéritos aparecen en la provincia de Santander, en su partido judicial de Reinosa. Una de ellas estaba sita en el lugar de Susilla, del Ayuntamiento de Valderredible y partido de Reinosa. Otra casa santanderina de Bravo, originaria de la de Susilla, radicó en el lugar de Sotronca, entre Hormigueira y Villanueva, también en el partido judicial de Reinosa y una de sus líneas pasó a establecerse en Torrejón de Velasco, provincia de Madrid. Otra, con foso, contrafoso y coto redondo, estaba ubicada en San Cristóbal del Monte, jurisdicción de la villa de Reinosa. Y otra, finalmente, en el valle de San Vicente de la Barquera. De todas esas casas solares de las provincias de Burgos y Santander salieron esforzados varones. Con el descubrimiento del Nuevo Mundo, muchos fueron los hombres y mujeres que cruzaron el Atlántico en busca de nuevos horizontes, y en concreto los que portando el apellido Bravo, extendieron su linaje