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En el barrio de Cavareda (cuyo nombre tomó), del Valle de Arcentales y partido judicial de Valmaseda (Vizcaya), de cuya casa fué Bartolomé de la Cavareda, esposo de doña catallina Laguno, quintos abuelos paternos de Valentín de la Cavareda y Aguirre, que casó con doña Isabel de la Llantada y Loizaga, y fueron padres de: Juan Francisco de la Cavareda y de la Llantada, bautizado en 1733 y vecino de Santiago de Chile, y de Miguel de la Cavareda y de la Llantada, bautizado en la parroquia de Mercadillo, de Arcentales, en 1743. Casó este último en Santiago de Chile en 1790 con doña Tadea de Trucios y Salas. Con sucesión. Son sus armas: De oro, con dos árboles de sinople, puestos en situación de faja y sobre ondas de agua de azur y plata. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia C., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento árbol (roble, pino, ciprés) significa que la nobleza de la familia es antigua y va asociada con la benignidad y la perseverancia, virtudes supuestas de sus componentes. Los esmaltes del arma de los C. pregonan los siguientes valores: el Oro es el símbolo del Sol, origen de la vida, sus características espirituales corresponden a la fé, clemencia, templanza, caridad y justicia, por otra parte dicho esmalte señala a la familia con la felicidad, el amor, la nobleza y el esplendor, es decir, es el más noble de los metales.