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Apellido patronímico, derivado del nombre propio de Día o Diego, sin que tengan relación entre sí las distintas familias que usan este nombre. Los del Señorío de Molina vienen del caballero don Alonso D., que fue uno de los trescientos que conquistaron el alcázar de Baeza, en unión de los molinenses del Conde de Lara, quien les concedió privilegios y heredades en la villa de Peralejos. Muchas de sus ramas probaron su nobleza en las Ordenes Militares, en las Reales Chancillerías de Valladolid y Granada y en la Real Audiencia de Oviedo. Otros caballeros fueron agraciados con los títulos de Marqueses de Castro-Janillos, de Dilar, de Fontanar y de Villavelviestre y de Conde Malladas. Este apellido enlacó con los descendientes de Adjoña, Mencey de Abona, del antiguo reino guanche de Tenerife, según se desprende de la siguiente genealogía. Doña María García Izquierdo, nieta del Mencey de Abona, Adjoña, y bisnieta del primer soberano de Abona, llamado Aguajona, hijo del Gran Tinerfe, contrajo matrimonio con el Conquistador Juan Cabeza el año 1517, siendo ambos el tronco de un nuevo linaje. María García recibió de su padre como dote, el valle del Carrizal. Hubo de este matrimonio tres hijos; Isabel García Cabeza, de la que hablaremos seguidamente; Juan Cabeza Castillo, que forma un nuevo tronco, cuyos descendientes relacionaremos en el lugar oportuno, y Leonor Cabeza, que casó con Bartolomé Joven, vecino de Granadilla.