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Desciende este ilustre apellido por rigurosa veronía hasta mediados del siglo XV, de don Alonso de Carrión, natural de Carrión de los Condes, que en la época en que reinaba Don Juan II de Castilla, fue Alcaide de varias fortalezas. Un descendiente suyo, Don Lorenzo José G. de Carrión Ponce de León y Bohorques, nacido en Paradas (Sevilla) el 12 de diciembre de 1649, casó con Doña Juana de Valdespino, natural de jerez de la Frontera, procreando a Don José Gabriel G. de Valdespino Carrión y Ponce de León, en el cual se constituye el apellido pasando a sus descendientes. Una de estas ramas pasó a Venezuela. Allí nació Doña Ramona G. de Valdespino y Ruiz en 1792, casando en Caracas con Don Rafael Hermógenes Espou y Clavarino, procreando cinco hijos. Ambos contrayentes fallecieron en Santa Cruz de Tenerife, en edad avanzada, sucediéndoles en el apellido sus hijos, que por sus matrimonios enlazaron con muy ilustres familias de Tenerife. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia G., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento castillo es la característica del dominio feudal, pertenecientes a familias con memoria anterior al siglo XI, es símbolo de autoridad, gobierno y protección. Los esmaltes del arma de los G. pregonan los siguientes valores: el Azur corresponde al símbolo del agua, de la continuidad de la vida, es un color de nobleza, belleza, castidad y fidelidad, además otras virtudes caracterizaban a la familia, tales como la abundancia económica, la perseverancia, la suerte, la fama y el afán de victoria.