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El origen de este ilustre apellido, por referencias de historiadores de la época y otras averiguadas por Araldis en los archivos registrales de ciudades y otros privados, podríamos afirmar, pero no asegurar, que este escudo u otro muy similar a él, apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en la campaña de Don Lope Diaz de Haro contra Sancho el Fuerte de Navarra, formando parte de las tropas que se apoderaron de varios castillos y poblaciones. Las referencias de esta familia parecen precisarse con más frecuencia desde el siglo XV al XIX en especial los hechos de el descubrimiento de las islas Marquesas (Océano Pacífico), siendo uno de los oficiales al servicio de Don Alvaro de Mendaña, Adelantado del mar Océano. Todo ello parece coincidir con la memoria familiar de algunos de los miembros de la rama de la familia Licardo. Son sus armas: En gules, un castillo de oro, sobre una terrasa de sinople, por la que corre un río; a la puerta del castillo, un caballerro armado, con una cruz en la mano diestra y, a sus pies, cabezas de moros ensangrentadas, con turbantes blancos; en las torres del castillo, dos alas de oro. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia L., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento castillo es la característica del dominio feudal, pertenecientes a familias con memoria anterior al siglo XI, es símbolo de autoridad, gobierno y protección. Los esmaltes del arma de los L. pregonan los siguientes valores: el Gules es el símbolo de la fuerza, del poder, del amor ferviente a Dios y al prójimo, tal es el significado de este esmalte, a lo que habría que añadir el