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El origen de la heráldica se pierde en la noche de los tiempos, en la época en que los guerreros se protegían del mal y demostraban su agresividad decorando sus escudos con símbolos y marcas protectores. Más adelante, la verdadera Heráldica surgió, en la época de las cruzadas, en la que los caballeros lucían sus escudos de armas como medio para identificarse en la batalla, convirtiéndose estos posteriormente en emblemas de nobleza. La Heráldica se originó pues en los círculos de la más alta nobleza, propagándose posteriormente a otras capas de la sociedad. La concesión del escudo de armas se realizaba pues a un determinado individuo con el derecho a perpetuarlo en su linaje. Quien fuera el principal ancestro y tronco propagador de este ilustre linaje se ignora por su remota antigüedad, siendo tradicional e inmemorial la nobleza de sus hijos, los cuales han gozado siempre y en todas partes de la consideración y preeminencia correspondientes a sus lustrosos nacimientos, no siendo la más esclarecida de sus líneas la que se arraigó y floreció en Italia. Esta antigua y noble familia tuvo descendencia de Cónsules de Ascoli Piceno, inscrita en el noble consejo a finales del siglo XV, en la persona de Giovanni Luciani en 1482. Este solar dio a su Patria hombres ilustres, 47 ancianos del consejo y 15 cónsules. Entre sus miembros más destacados está Bernadoctius di Giovanni Luciani, Cónsul en 1543; Paride de Giovanni Luciani, Cónsul en 1551. La Consulta Heráldica (V. Elenco Nobiliario Oficial de 1908 a 1922) muestra la concesión del título de nobles de Ascoli Piceno (mf). Otra rama del linaje Luciani fue inscrita en el Albergo de los Franco en 1528. Tuvo esta familia casa solar en Génova, aproximadamente por el año 1300. Leonardo Luciani, fue un destacado caballero anciano