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Noticias fundadas acusan la existencia de este apellido en Aragón en el siglo XIII, y que de Aragón pasaron a Cataluña, Valencia y Mallorca algunos caballeros P. para servir a don Jaime I en sus conquistas. Ramón Peire de P. figuró entre los sesenta hombres de a caballo que llevó a las costas de las Baleares el arzobispo de Tarragona don Pedro de Albalate, y Ramón de P. entre los que condujo a la misma campaña don Berenguer Palau, obispo de Barcelona. Ambos P. eran originarios de Cataluña. Tuvo este apellido su casa solar en Cataluña. Muchos linajes de este apellido probaron su nobleza en las Órdenes de Santiago, Calatrava, Alcántara, Montesa, (corporaciones nacidas para luchar contra los moros, cooperando a la Reconquista, y asegurar el orden, protegiendo a los peregrinos y desvalidos), Carlos III y San Juan de Jerusalén (es una orden religiosa militar fundada en el siglo XI); numerosas veces en las Reales Chancillería de Valladolid y Granada, en la Real Compañía de Guardias Marinas y en la Real Audiencia de Oviedo. Los de Cataluña traen por armas: Cortado: primero, de gules, con un castillo de plata, y segundo, de oro, con cuatro palos de gules. Bordura de azur, con este lema en letras de oro: "Venció; no rindió" Otros traen: En plata, un jabalí, de sable, herido y goteando sangre. Bordura de gules, con cuatro aspas, de oro, alternadas de cuatro mazas de guerra, de oro. Otros: En plata, un ciervo, de sable, andante, acostado de dos olmos de sinople, uno a cada lado. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia P., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento castillo es la característica del dominio