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El origen de la heráldica se pierde en la noche de los tiempos, en la época en que los guerreros se protegían del mal y demostraban su agresividad decorando sus escudos con símbolos y marcas protectoras. Más adelante, la verdadera Heráldica surgió, en la época de las Cruzadas, en la que los caballeros lucían sus escudos de armas como medio para identificarse en la batalla, convirtiéndose éstos posteriormente en emblemas de nobleza. La Heráldica se originó pues en los círculos de la más alta nobleza, propagándose posteriormente a otras capas de la sociedad. La concesión del escudo de armas se realizaba a un determinado individuo con el derecho a perpetuarlo en su linaje. Quien fuera el principal ancestro y tronco propagador de este ilustre linaje se ignora por su remota antigüedad, siendo tradicional e inmemorial la nobleza de sus hijos, los cuales han gozado siempre y en todas partes de la consideración y preeminencia correspondientes a sus ilustres nacimientos, siendo la más esclarecida de sus líneas la que se arraigó y floreció en Cataluña. La familia Requesens es uno de los más antiguos y calificados linajes del Principado de Cataluña. Se afirma que su fundador y principal ascendiente fue un deudo de la gran casa de Valois y de los famosos condes de Guisa, tan poderosos en Francia, el cual pasaría desde el Rosellón a Cataluña para luchar contra los moros en las primeras etapas de la reconquista de España. Andando los tiempos alcanzaron gran renombre, entre otros caballeros catalanes del linaje Requesens están, Galcerán de Ramírez, Lugarteniente General de Cataluña por el Rey Don Alfonso V de Aragón; otro Galcerán de R., conde de Trivento y de Avellino; Jaime de R., gobernador de Trípoli; Luis de R., Capitán de la Armada del Rey Católico; Bernardo Geraldo de