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Sobre el origen de este apellido refiere la leyenda el siguiente hecho: "Por el año 932 y con ocasión de hallarse sitiando a Madrid el Rey don Ramiro II, acudieron al frente de las tropas segovianas Fernán García y Díaz Sanz, los que rogaron al Monarca les señalase tienda para aposentarse, respondiéndoles el Rey, en tono de broma, que puesto que eran tan esforzados caballeros tenían todo Madrid por suyo para hacerlo. Al siguiente día ordenó el asalto el Conde Fernán González, y cuando rotas las puertas de la plaza se dispusieron a penetrar en el recinto cercado, se enteraron de que los dos caballeros segovianos se encontraban ya en la Villa, después de haber penetrado por asalto, por Puerta Cerrada, desde donde enviaron recado al Rey Diciendo: "Que podía su Alteza ir a aposentarse en el alojamiento que le tenían dispuesto." A mediados del siglo pasado existían dos ramas de esta familia: una en Macharavialla (Málaga), y otra en Centenera de Andaluz (Soria). Los de Macharavialla entroncaron con los Gálvez, Marqueses de la Sonora y Condes de Gálvez, y por dicho motivo existe en el altar mayor de la parroquia del citado pueblo el escudo de sus armas en el tercer cuartel, y en la fundación de las Escuelas de que son patronos y en los Archivos municipal y parroquial, la ejecutoria y árboles genealógicos. Uno de los de este apellido, de Centenera, casó en Málaga con doña María de Reina, y su hijo casó con una señora de la rama de Macharavialla, viniendo así dos ramas del apellido. El escudo heráldico familiar más antiguo es el representado en su pergamino, pero hay otro de registro posterior que dice: En azur, una torre de plata de cinco almenas puestas sobre tres gradas y con una puerta de dos