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Este linaje figúro en la conquista de las Islas Canarias. Entroncó este apellido con la Casa de Béthencourt, por enlace entre Alonso V. y Doña Catalina Pérez de Cabrera, hija de Don Diego de Cabrera, Regidor de Gran Canaria y Francia de Bethencourt Melián. De este matrimonio nacieron dos hijos, Juan de Cabrera y Martín V., que fue Regidor de Gran Canaria y testó en Telde, ante Juan de Vega, en 1574, dejando de su matrimonio con Catalina Pérez, a Andrés V. Doña Leonor Pacheco de Quintana Castrillo y V. Cabrera, contrajo matrimonio con Don Bartolomé de Mirabal Rivero y tuvieron como única hija a Doña Andrea de Mirabal Rivero y V., que casó en la Iglesia parroquial de San Juan Bautista de Telde, el 20 de julio de 1653, con Don Alonso de Westerling Sarmiento de Mendosa y Saavedra, Regidor Perpetuo y Alguacil Mayor hereditario de Gran Canaria. Fue su único hijo Don Alonso Bartolomé Westerling Sarmiento de Mendoza V. y Pacheco, Regidor Perpetuo de Gran Canaria. Alonso V. contrajo nupcias con Doña Catalina Pérez de Cabrera, que otorgó su testamento en Telde, ante Hernán Gutiérrez, el 5 de junio de 1536, y tuvo dos hijos: Juan de Cabrera y Martín V., Regidor de Gran Canaria. Este, de su matrimonio con Catalina Pérez, dejó tres hijos: Andrés V., Luisa Pérez y Andresa V. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia V., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento mar , que es la figura perteneciente a familias ligadas con el mar o con los negocios marítimos, pertenecía a personajes de gran poder económico. Los esmaltes del arma de los V. pregonan los siguientes valores: la Plata