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El origen de la heráldica se pierde en la noche de los tiempos, en la época en que los guerreros se protegían del mal y demostraban su agresividad decorando sus escudos con símbolos y marcas protectoras. Más adelante, la verdadera Heráldica surgió, en la época de las Cruzadas, en la que los caballeros lucían sus escudos de armas como medio para identificarse en la batalla, convirtiéndose estos posteriormente en emblemas de nobleza. La Heráldica se originó pues en los círculos de la más alta nobleza, propagándose posteriormente a otras capas de la sociedad. La concesión del escudo de armas se realizaba a un determinado individuo con el derecho a perpetuarlo en su linaje. Quien fuera el principal ancestro y tronco propagador de este ilustre linaje se ignora por su remota antigüedad, siendo tradicional e inmemorial la nobleza de sus hijos, los cuales han gozado siempre y en todas partes de la consideración y preeminencia correspondientes a sus preclaro nacimientos, siendo la más esclarecida de sus líneas la que se arraigó y floreció en Castilla. Apellido castellano. De Santillana del Mar, provincia de Santander, en donde Juan V., Señor de esta Casa, fue caballero de la Orden de la Banda en 1330. Tenían Mayorazgos en Viérnoles, Reocín, Santander, Muriedas, Igollo, Hinojedo, Ruiloba, Buelna, Santillana, San Vicente de la Barquera y otros lugares. Caballeros de este linaje probaron su nobleza en las Ordenes de Santiago, Calatrava, Montesa y Carlos III, en la Real Chancillería de Valladolid y Real Compañía de Guardias Marinas. Don Gaspar V. Ceballos, vecino de Lima, fue creado Conde de Torre-V. en 1747; Don Joaquín María V., Conde de Nava en 1835,y Don Julián V. Santiyán, Conde de V. y Vizconde del Dos de Mayo en 1852. Este apellido se incorpora a la isla de Tenerife, a través